Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
La finalidad que está detrás de toda auténtica obra de arte es la consecución de una manera de ser, un estado de pleno arrobamiento y un momento de existencia superior al ordinario.
Así lo cree y lo fundamenta la martiniquesa PIQUÉ, que con sus desgarraduras plantea la libertad plástica de la obra y de ella como parte de la misma.
Sus alineaciones cromáticas y texturas implican ensimismamiento y dura elaboración, búsqueda, ensayo y encuentro, hasta culminar en una cosmovisión creativa que toma sus orígenes de la tierra.