GÜNTER BRUS (1938) / DESTROZARME NO TENIENDO LO QUE HAY QUE TENER

Se puede decir del arte contemporáneo lo que Meyer Schapiro escribía respecto al arte moderno: «en lo que tiene de más grave, de más profundo, constituye un desafío amenazador, pues ofrece el modelo de una libertad interior deseada y una liberación emotiva que el hombre no se atreve a buscar dentro de sí, o para lo que no está preparado espiritualmente».
¿Se trata, entonces, en este caso, de atreverse o no atreverse? ¿De desafiar? ¿De liberarse retando al mundo? El austriaco BRUS (accionismo vienés) se redime cubriendo su cuerpo con sus propios excrementos, orinando en un vaso y acabar bebiendo ese líquido de desecho que resulta de la acción filtrante de la sangre de los riñones y es expulsado fuera del cuerpo a través de la uretra, al mismo tiempo que entona el himno de su nación.
Por favor, si quiere probar, no lo haga al pie de la letra, mézclelo con un vino espumoso rosado, le sabrá mejor.

De acuerdo, coincido con Morris Weitz en su definición de que el arte es un ámbito potencialmente abierto, de carácter muy expansivo, aventurado y de incesantes cambios y nuevas creaciones.

Pero también me hago la pregunta de Nathalie Heinich: ¿hasta dónde llevar adelante la experimentación acerca de los límites del arte?

Porque al final corremos el riesgo de dar toda la razón a Jean Baudrillard en lo que sostiene respecto a la duplicidad del arte contemporáneo, consistente en reivindicar la nulidad, la insignificancia, el sinsentido. Se es nulo y se busca la nulidad; se es insignificante y se busca el sinsentido.

Por consiguiente, se escenifica el horror como parte de la condición humana y terminamos expurgando ese asco artístico para siempre. Y pasamos la hoja, ya ha dejado de interesarnos.

Ya no tiene el espíritu la respuesta
ni el corazón la palabra precisa
que devuelve el pulso deseado
Se ha roto el espejo triangular
de los sofismas inviolables
donde los Caminos Únicos convergen.
(Manuel San Martin Palacios)

Publicado por Goyo

Escritor de arte, coleccionista.

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