ENRIQUE ÁVILA (1952) / NO ENTREN NI SALGAN

Ante la obra cavernaria del cubano ÁVILA cedo la palabra a reputados e insignes autores:
Castro Flórez:
«La conversación de la pintura es infinita, el silencio de la imagen incita a hablar securlamente sobre su estructura de cadáver, sobre la temperatura del cuerpo sin sangre.

Marguerite Duras:
La pintura se libra en el ruido de un discurso continuo. El hombre habla para que el ruido del habla se produzca, y la pintura entra en la luz. Habla para producir un malestar, para que, por fin, surja la entrega del dolor.

Navarro Baldeweg:
La pintura, quizá más que otras artes, celebra el que estemos corporalmente en el mundo, y claro, lo estamos a ciegas de lo que somos.

Merleau Ponty:
Si ninguna pintura termina la pintura, si ninguna obra se acaba absolutamente, cada creación cambia, exalta, recrea o crea de antemano todas las otras. Si las creaciones no son adquisiciones, no es sólo porque pasen, como todas las cosas, es porque tienen casi toda la vida por delante.

Y pone término a estas intervenciones Castro Flórez de nuevo:
Cuesta mucho enterrar a la pintura.

Quiero creer que todavía hay músicas
En el corazón misterioso del país, y que así
Los mudos hablarán y los paralíticos
Bailarán un hermoso día al son de la cobla.
Y se verá caer de la frente del Hijo del Hombre
La corona de sangre símbolo de la desgracia
Y el Hombre cantará muy alto esta vez, como
Si la vida fuese bella, y el espino estuviese florido.
(Louis Aragon).

Publicado por Goyo

Escritor de arte, coleccionista.

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