En estas instalaciones de la chilena JARPA los humanos son pájaros histéricos que vuelan y que hasta se liberan a través de estos ataques convulsivos, pero que se guardan muy mucho de armar un conjunto plástico y escénico.
Es cierto que estas telarañas, estos entramados voladores pueden confundirnos y hasta considerarlos como una amenaza, pues en la obra artística el significante y el significado son asimétricos, esto es, no se relacionan de un modo lineal, no se acoplan como una plantilla.
Por lo tanto, únicamente nos queda enredarnos en sus redes, observarlas y experimentar una sensación que haga sentirnos al borde de una reflexión que está harta de tomar forma en estos silencios.
Tú crees todavía en la revolución
y por el agujero que coses en tu media
sale el sol y se llena todo el cuarto de luz.
(Raúl González Tuñón)
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