Decía Jean Paulhan que lo propio del artista es impugnar toda teoría sobre el arte, por sutil y probatoria que sea. Entre otras cosas, digo yo, porque cuando se emplaza en su trabajo y proyecta, en lo último que piensa es en una teoría sino en cómo dar cauce y expresión a su talento creativo.
También se aduce por algunos que el problema básico del lenguaje moderno consiste en superar la visión de la perspectiva renacentista, lo cual es muy relativo en tanto el signo pictórico sea un compendio inaprensible.
El neozelandés MACDIARMID es ese ejemplo de creador múltiple, híbrido, capaz de sostener varias indagaciones plásticas en distintos momentos con resultados vibrantes, significativos y absorbentes de todas las innovaciones de su tiempo paralelas a su trayectoria. Figuración y abstracción buscándose y acoplándose, alimentándose y dando vida a ensayos pictóricos envolventes.
Esos extraños rostros,
voces desconocidas,
esas vidas ajenas y lejanas….
¡Cómo nos hacen daño!
(Héctor Pedro Blomberg)