Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
Mi reseña nunca podrá igualar al texto que le dedicó en ARTEPOLI mi amigo, el crítico y artista Ángel Alonso, a este artista cubano, CABRERA, pero no sería junto omitir en este espacio a un creador de resonancias impulsoras de la infinitud.
Su obra nos señala que cuando a la abstracción se compagina con una figuración virtuosamente perfilada, existe una visión que simboliza el halo de una realidad que nunca deja de engullirse.
Sus gamas cromáticas tienen una clara seña de identidad y son pensamientos que se suscitan al penetrar en la hondura de su nubosidad, en la espesura sus turbulencias, en el despertar de su eclosión.