Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe. Es una forma de mirar, otro modo de ver, un ardid para engañar, un truco para esperar, otra historia para seguir, un cuento de no acabar. Y de seguir sin perder de vista lo de más atrás.
ALEXANDRE ISTRATI (1915-1991) / EL COLOR ES EXALTACIÓN
El color no está agotado porque su vida íntima es muchos más compleja, densa y diversa que la humana, y crece hasta hacerse universal con una pluralidad de identidades divergentes.
El rumano ISTRATI sí que ha sabido extraer algunos de sus genes, mezclarlos, fermentarlos y dejarlos como texturas añejas que se despiertan a una nueva singladura.
Sus obras son para perderse en ellas, visualizarlas como entes que han sabido crecer por sí mismas con el fin de compartir una excelencia plástica ajena a lo rutinario de la existencia.
Si todos fuésemos iguales, mediocres, mediatizados, oscuros, ¿qué importaría la muerte de uno más si quedaban tantos idénticos?