Geometría de las urbes en las que la pasión de los personajes es solitaria. Cubos que aprisionan, nunca protegen y aunque sean madrigueras también pueden destruirse.
MINTON articula unos escenarios que tienen la languidez del simbolismo con sombrías ondas metafísicas, buscando esa clave única que reivindique el pathos plástico de esos espacios que vienen, nos muestran y después se pierden de vista el horizonte.
Lo poético de su andiamaje queda puesto de manifiesto sin necesidad de acudir a otros órdenes configuradores y con la plasmación de una inagotable encarnación cromática que es la expresión vívida de un lenguaje visual de melancólicas resonancias.
Pues las mentiras viejas se convierten
en materia de fe,
y de esa forma
quien ose discutirnos
debe afrontar la acusación de impío.
(Ángel González).